Está claro que una violación es algo muy traumático en la mayoría de los casos, pero a menudo se convierte en algo mucho más traumático por cómo trata la cuestión la gente que te quiere apoyar. En vez de tratar la agresión como otra agresión cualquiera, de una persona que quiere someterte y abusar de ti, disfrutando al hacerlo, se le da una importancia desmesurada, haciendo sentir peor muchas veces a la víctima diciendo cosas como «ese cabrón que te robó la dignidad». ¿Pero quién pierde la dignidad por ser agredid@? En cualquier caso la persona indigna es el agresor, no la víctima!
Creo que el apoyo debe darse en base a cómo la persona se siente, no siendo el resto quien le da una importancia u otra. O sea, si la persona se siente humillada pues tratar de entender eso, pero no hacer que sienta humillación por nuestros comentarios que le dicen lo humillante que tiene que haber sido eso.
Una agresión no es peor por ser de carácter sexual. Mucha gente que ha sido violada preferirá eso a ser golpeada hasta acabar en silla de ruedas o ciega. Pero socialmente se magnifica su importancia por el tabú que existe respecto al sexo (todo lo que tenga que ver con el sexo, para bien o para mal, cobra 20 veces más valor). Y precisamente por existir ese tabú tenemos que entender que a esa persona le puede ser especialmente traumático el que la hayan agredido sexualmente, por supuesto. Pero son los sentimientos de esa persona los que se han de tener en cuenta y quizás no esté de más ayudarle a relativizar un poco algunos de ellos, recordándole que nadie te puede robar la dignidad ni convertirte en nada sólo por haberte violado. Y que una violación no es necesariamente peor que otra agresión, y que a veces le damos tanta importancia por cuestiones culturales. Creo que recordar esto, sin dejar de lado cómo se puede sentir la persona ni hacerle sentir que no valoramos su malestar, puede ser de bastante más ayuda que dramatizar hasta el extremo.
El ver que existe una reacción diferente respecto a este tipo de agresiones no hace más que reforzar la idea de que una agresión sexual es lo peor que te han podido hacer, que te ha «ensuciado», aumentando el malestar de la persona agredida.
Yo cuando tengo un problema quiero que se me entienda y se entienda cómo me afecta, no que me vengan a convencer de que es mucho peor que cómo ya lo vivo yo. El no dramatizar no es banalizar.