Si el modo de terminar con el tráfico de esclavos negros de África a EEUU hubiese sido cargarse a unos cuantos esclavistas a mí no me quitaría el sueño el que se hiciese. En Vietnam, si no se hubiesen defendido con armas los habrían jodido vivos (más aun). En Cuba, si no fuese por una revolución armada ahora la isla seguiría siendo un nido de burgueses que tenían sometido y explotadísimo a un pueblo pobre que vivía bajo un régimen racista y totalitario.
Pero para conseguir un cambio de ese tipo por medios violentos tienes que tener mucho apoyo, si no, lo que consigues es un retroceso. Ya vemos lo que pasó con ETA. En cuanto ETA dejó de actuar, el movimiento abertzale en Euskadi tomó muchísima fuerza, ETA llevaba décadas jodiéndolo malamente.
La violencia para mí no es un tabú. Si a mí me están dando una paliza la verdad es que no me importaría que alguien viniese con un palo a reventarle la cabeza a a los xenófobos que me están agrediendo, por ejemplo. Es más, lo agradecería. Y mi criterio no varía si la víctima es otra y no yo, no soy tan hipócrita. El rechazar usar la violencia para terminar con una violencia muchísimo mayor, más grave y que causa muchas más víctimas implica estar dándole alas a esta segunda, es permitir que la violencia sea la que gane. A veces para terminar con la violencia hay que usar la violencia, como me pasó a mí cuando era niño. Los tres miembros de mi familia que vivían conmigo dejaron de pegarme sólo cuando yo empecé a defenderme a hostias. De nada había servido una década y pico pidiendo por favor que no lo hicieran.
La cuestión es estratégica. Yo cuando me defendí con violencia es cuando me vi capacitado para hacerlo. Si lo hubiese hecho antes sólo me habría comido más hostias. Si estás capacitado para terminar con la explotación infantil, la pederastia, las violaciones, la tortura, las invasiones sangrientas, la esclavitud, etc. por medio de la violencia, a mí hasta me parece negligente no usarla (y a la mayoría de la gente, si no, no defenderían el que hubiese cuerpos policiales con porras y pistolas). Si fuésemos nosotras las víctimas de esas cosas no nos gustaría que alguien se anduviese con miramientos a la hora de romperle la puerta de una patada al pederasta que nos está violando. La policía detiene a pederastas a punta de pistola y los jueces los encarcelan, y eso es violencia. Encarcelar a alguien bajo amenaza de golpes y mayor encierro es violencia.
El problema del discurso anti-violencia en términos morales es que no se sostiene, por eso luego algunos que defienden y promueven la violencia en el movimiento animalista creen legítimo su discurso pro-violencia. Es difícil desmontárselo si lo hacemos en términos morales, porque creo que tienen razón, por las cosas que he comentado. La crítica al uso de la violencia creo que debe ser estratégica. No sólo porque es la única crítica que yo veo coherente sino porque es la única crítica efectiva ante alguien que defiende la violencia con coherencia moral. Porque lo que yo no veo coherente es que digamos que es menos violento dejar que se torturen y maten a cientos de miles de toros, por ejemplo, que el que se maten a los toreros que existen hoy en día. Eso es darle más valor a la vida de un humano torturador que a la de cientos de no-humanos torturados. Y eso sólo se sostiene desde una postura extremista de especista. Pero el usar la violencia cuando va a tener un efecto contraproducente que tendrá como consecuencia el sufrimiento de muchísimos animales es darle más valor a tus ganas de desahogarte que al sufrimiento de los animales que dices defender.