Para muchas personas parece que el amor cobra más valor si va acompañado de drama. En vez de hacer las cosas fáciles, intentar comprenderse, reírse y disfrutar, convierten las relaciones en una verdadera agonía llena de reproches, malentendidos casi voluntarios, discusiones innecesarias, intento de controlar a la otra persona, su tiempo, sus actividades o relaciones con otras personas…
Y es que encima para much@s eso una es muestra de amor. El que te moleste que tu amante tenga relaciones amorosas o sexuales con otra gente es supuestamente una forma de demostrar que quieres a la otra persona, en vez de verlo como que tienes un problema que te vendría bien solucionar. Y yo me pregunto cómo es que si quieres a alguien, en vez de querer ver feliz a esa persona lo que buscas es controlarla e impedir que disfrute de la vida con quien quiera o con lo que quiera.
Con lo sencillas que pueden ser las cosas, y lo agradable que es que prime la sinceridad y la amistad, hay quien convierte las relaciones amorosas en un infierno de griteríos, puñaladas traperas, mala hostia, exigencias, dependencia, celos… Cuando son «simplemente» amig@s las personas se respetan (y si no te mandan al cuerno) pero en cuanto entra el enamoramiento o meramente el sexo hay quienes cambian repentinamente de actitud, como si ya se pudiesen «relajar» en el trato contigo porque te tienen agarrad@ por el culo o el corazón. Supongo que para alguna gente lo de tener con quien follar o tener a alguien que te dé ese tipo de amor es tan necesario que aguanta con lo que sea. Y la otra persona se aprovecha de eso. Pero vamos, qué cosa más enfermiza… ¡y tan común!
Mucha gente afirma que su pareja es la persona a la que más quiere y sin embargo ves que es a la que menos respeta, a quien más le echa cosas en cara, a quien trata con menos comprensión, a quien más quiere controlar o limitar, etc. Y a todo esto se le suma el que, según encuestas publicadas en TVE, el 70% de los hombres y el 40% de las mujeres en España reconocen haber engañado a su pareja teniendo relaciones a sus espaldas. Pero luego nos dicen a quienes no somos monógam@s que realmente no conocemos qué es estar enamorad@, o el amor verdadero, o que no hemos encontrado a la persona adecuada. Porque la persona adecuada parece que es aquella que se deja tratar mal y controlar. Ser libre es «falta de compromiso». ¡Qué sanas son sus relaciones monógamas, qué gran respeto muestran por el/la otr@ y qué patente queda el amor que sienten por la otra persona!
Con lo bello que es el amor y lo convierten en una verdadera pesadilla.