El debate «vacunas sí vs. vacunas no» es en su mayoría un espectáculo bastante patético. Por un lado están quienes no contemplan que el riesgo para la salud que pueda suponer alguna vacuna es muy inferior al que pueda suponer el no ponérsela y por otro están quienes se creen que por que la industria farmacéutica y sus esbirros te digan que algo es bueno tiene que serlo porque son «los profesionales».
Hay vacunas que más te vale ponerte si no quieres correr un grave peligro. Y otras que parece un tanto ridículo ponérselas cuando existe el riesgo de padecer un problema de salud grave a raíz de usarlas, que supera porcentualmente al riesgo de padecer un problema de salud grave por no usarlas. Hay gente que está vacunando a sus hijås contra enfermedades que tienen una probabilidad de contraer de 1 entre 1 millón. Oye, pues entonces no lleves al niño en coche cuando no sea estrictamente necesario, porque el riesgo de tener un accidente me parece que es mayor. Encima cuando esa vacuna puede causarle un problema grave de salud con una probabilidad de 1 entre cien mil. Lo estás exponiendo a un peligro, en vez de lo contrario, pero lo que pasa es que quienes te la intentan vender ponen más énfasis en el riesgo de no usarla.
Las matemáticas no son mi fuerte, pero creo que no hay que ser un crack para echar ojos a estadísticas y hacerte una idea propia sin delegar en quienes tienen intereses en vender vacunas ni en la bruja Piruja que pretende generarnos miedos infundados ante cosas que nos pueden evitar graves enfermedades.
Que hay negocio de por medio, y mentiras por parte de quienes promueven el uso de vacunas, parece claro, como vimos con el negocio multimillonario que resultó ser la vacuna de la gripe A, que decían que iba a matar a millones de personas en todo el mundo, y de la cual se vendieron (las compraron los estados) miles de millones de unidades; algo que, comprensiblemente, generó bastante escepticismo en mucha gente cuando empezó esto del COVID-19. Y hay casos, como el de la vacuna contra la tuberculosis, que la venden y te la inyectan y sin embargo no es efectiva (ni siquiera dejaban que me visitase un amigo vacunado cuando tuve la TB, y los del hospital me dijeron explícitamente que no era efectiva).
Pero por el hecho de que Luis el frutero venda alguna fruta podrida y te la intente colar no significa que toda la fruta que venda esté podrida. Y el que compres en su frutería no es porque creas que Luis es un tío fantástico y que nunca te la intenta colar. Es que comer fruta es sano, y lo suyo es saber escoger la que no está podrida, no dejar de comer fruta.
Blanco y negro, lo de siempre. Que la tele en color existía ya en los años 80, ¿eh? Os mola el vintage, carallo.
