Estos días está habiendo bastante debate entre animalistas sobre con quién es efectivo o legítimo aliarse para luchar por el bien de los animales. Yo veo argumentos interesantes por ahí y otros no tanto.
Una cosa es que nos neguemos a colaborar con gente que va a perjudicar la imagen del movimiento (y en consecuencia su eficacia) y otra es que cerremos las puertas a trabajar por los animales a toda persona que no piense como nosotros en todos los aspectos. El pretender que sólo trabajemos contra el especismo con gente que es feminista, anticapitalista, antiautoritaria, que no tenga prejuicios contra gente que consume drogas o que es homosexual, etc. pues es pretender que el movimiento animalista conste de una minúscula parte de la población y que además se identifique ser vegano con ser de izquierdas, lo cual es una cagada como un castillo. A un animal le da igual que se lo coma un facha que un comunista. Y para que el veganismo se normalice y expanda tenemos que abrirles las puertas a personas que no necesariamente opinan como nosotr@s en todo. ¿O es que vamos a poner un formulario para permitir «la entrada en el club de los animalistas» en el que pregunte qué opinas sobre el feminismo o la islamofobia, qué partido votas, si trabajas de policía, reponedor en un supermercado, funcionaria en el ayuntamiento…?
Bienvenida sea toda persona que quiera ayudar a los explotados siempre que lo haga con honestidad y no como modo de captar gente para su causa (como hacen muchos nacionalistas gallegos, unos farsantes y oportunistas). Eso sí, hay gente que va a ser perniciosa que se vincule con el animalismo, como neonazis. Tienen mala fama y eso perjudicaría al movimiento. Lo mismo ocurre con los anarquistas o comunistas. Si eres neonazi y te callas la boca con ese tema cuando haces activismo animalista y no llevas simbología nazi, pues Ok, ningún problema. Lo mismo con anarquistas o comunistas. Pero vincular públicamente (por medio de portar insignias o banderas anarquistas o comunistas) el animalismo con la izquierda (y especialmente este tipo de izquierda) es un escollo tan grande como con los neonazis.
A los animales no-humanos nuestros problemas internos les resbalan. A una gallina le da igual que la salve un votante del PP que un anarquista. Y si el anarquista no va a poder salvarla sólo porque le gusta alardear de ser anarquista en contextos que no son los adecuados, pues oye, de antiespecista tiene poco.
Y es que en este tema se ve también el especismo que se esconde en la mente de much@s «antiespecistas». Algun@s trabajan en otros movimientos. Y para trabajar en un colectivo feminista casi nadie exige que seas vegan@. Ni para trabajar en un grupo anarquista o partido comunista exigen que seas vegan@. Y trabajan codo con codo con responsables de la explotación y sufrimiento extremo de millones de animales. Entonces, esos escrúpulos cuando se trata de ayudar a no-humanos no reflejan más que una mentalidad especista. Si fueras tan firme en tus principios de «yo no trabajo junto con gente así» no trabajarías tampoco con gente no-vegana, a no ser que seas especista, claro, que es lo que vemos tan a menudo.
En países donde el veganismo ha tenido o tiene una mayor expansión y aceptación social, si han llegado a ese punto es porque el veganismo no se considera «de izquierdas». Allí hay gente de todas las ideologías que es vegana. ¿Que te puede resultar contradictorio su discurso? Bueno, a ellos igual les parece lo mismo el tuyo. Pero, ¿a qué andamos? ¿A ver si un miembro de un movimiento es coherente o a ver si puede ayudar a los animales? Todo eso de la coherencia, la derecha, izquierda, etc. son cosas que a los animales les resbala.
Otra cosa es unirse con colectivos que generen un problema en términos estratégicos, pero eso no debe depender de la ideología sino de qué implica su participación a efectos prácticos. Y yo veo tan pernicioso que vaya un facha con con bandera a una mani como que lo haga un anarquista. No estoy equiparando esas dos ideologías, el anarquismo me parece muy bonito, sino que estoy buscando lo más efectivo para ayudar a los animales. Tampoco creo que sea muy positivo que yo vaya con pancartas por el respecto a personas con «trastornos mentales» en una mani animalista, aunque la reivindicación la vea como algo totalmente legítimo. Que los prejuicios sociales vinculen el animalismo con lo que ell@s llaman «los locos» no parece muy positivo. Y lo mismo con el neonazismo o el anarquismo. Y, no lo olvidemos, igual de pernicioso, o más, es que vinculen al veganismo con gente sectaria que cierra la puerta a quien no cumple un montón de requisitos. O que se vincule el veganismo a gente violenta y agresiva, con la cual mucha gente animalista es tan «permisiva» o incluso idealiza por pensar que ser violento es dar más por los animales, cuando lo que suele ocurrir es que te importan tan poco los animales que pones por encima el desahogarte que el conseguir ayudar a nadie.
Espero que si de aquí deriva un debate no me tenga que dedicar a aclarar constantemente que estoy hablando en términos estratégicos y no ideológicos. No tengo nada contra anarquistas, feministas (como yo), gente con diagnósticos psiquiátricos (como yo) o gente de izquierdas. Sólo digo que el veganismo sólo crecerá si nos dejamos de ponerle barreras en las que priorizamos otras ideas nuestras por encima del bien de las víctimas.

Yo ejerciendo de portavoz de Derechos para los Animales con una pinta de facha increíble.
Es una reflexión increíblemente sensata y pragmática. El problema es que mucha gente confunde el activismo (emprender acciones para cambiar algo) con la terapia de grupo (desahogarse con gente semejante).
Esto sí que es sensato a más no poder:
«El problema es que mucha gente confunde el activismo (emprender acciones para cambiar algo) con la terapia de grupo (desahogarse con gente semejante).»
Gracias por el apoyo y por comentar. Un saludo!