Por mucho que nos preguntemos cosas intentando abarcar todo lo que podamos, nunca vamos a comprender aquello que desconocemos hasta el punto en que no podemos hacernos preguntas al respecto.
Un león no se pregunta qué será eso del álgebra o la literatura porque no se imagina que eso pueda existir (o eso creo yo). Por eso nunca llegará a conocerlo.
Del mismo modo, por mucho que nos hagamos preguntas en términos científicos, por ejemplo, siempre van a tener un sesgo de tal magnitud que se podría decir que no nos aportan más que respuestas que se ajustan a nuestra capacidad de concebir algo, lo cual puede estar muy lejos de cómo algo es en realidad.
Esto hace que todo lo que creemos saber no sea más que una ilusión, pues las cosas que no sabemos son infinitamente más que las que conocemos. Y todas esas que no sabemos pueden influir sobre las que creemos saber de tal manera que aquello que creemos saber no sea más que una imaginación nuestra sin validez más allá de eso.
Quizás podamos saber si experimentamos dolor, frío, calor o placer, por ejemplo, pero ni siquiera podemos saber si somos organismo que experimentan eso. Quizás «seamos» meras percepciones sin necesidad de existir como organismos. ¿Cómo podría ser así eso? No lo sé, yo no puedo entenderlo todo. Se me hace difícil encontrarle explicación a esa posibilidad, pero, como he dicho, el que yo no sea capaz de llegar a comprender algo no significa que eso no sea así.
Eso me parece a mí, vamos.