Alguna gente no acaba de enterarse de que cuando hago una crítica a personas que falsamente se declaran feministas o a ciertas actitudes NO ESTOY CRITICANDO AL FEMINISMO NI A «LAS FEMINISTAS», como me dicen a veces, sino precisamente intentando que el feminismo no siga siendo estigmatizado y mal entendido.
Cuando hago críticas estratégicas en el movimiento animalista o critico la actitud arrogante de mucha gente vegana no estoy atacando al animalismo ni al veganismo, estoy haciendo precisamente lo contrario, intentar que avance.
Pero con el feminismo hay gente que piensa que no se puede opinar nada sin ser mujer, porque entonces eres un machirulo. Pues mira, yo, igual que hago críticas internas dentro de muchos movimientos, no voy a dejar de hacerlo en uno de los movimientos más importantes que conozco y que me afecta directamente, no sólo por lo que implica el machismo para los que llaman «hombres» (y a mí me meten ahí) sino que también afecta a amigas mías que han sido acosadas, maltratadas, ninguneadas e incluso violadas o asesinadas por su pareja. Y, en cualquier caso, creo que millones de mujeres en todo el mundo se ven beneficiadas por la expansión del feminismo. Y por ellas también lo promuevo y lo practico, y no necesito el beneplácito de la universitaria de clase media de turno con los aires muy subidos que me dará o no el carnet de «aliado» según ella considere apropiado, ignorando a todo el resto del movimiento feminista y ninguneándolo también, cuando el movimiento feminista no apoya de forma general esas actitudes anti-hombres que tanto perjudican a las mujeres. Seguid alimentando la guerra entre sexos… que ya vemos quién la gana.
Es paternalista, machista y condescendiente el dejarte pasar delante si eres mujer, el abrirte la puerta y, en esa misma línea, darte la razón por defecto en un debate con un hombre. Esa actitud «caballerosa» que exigen algun@s está reforzando roles de género que encima much@s alimentan con cosas como ridiculizar el sufrimiento de los hombres con hashtags como #maletears, poner el grito en el cielo cuando un tío dice «oye, a mí no me metas en el saco de los machistas» (#notallmen) o atacar a un feminista por decir algo con sentido (#mansplaining).
Esa gente no representa al feminismo ni al movimiento feminista. Una crítica a esas actitudes no es una crítica a un movimiento que en su mayoría es maduro, inclusivo y que nada tiene que ver con esos mensajes de misandria y chulería.
andressolo 