Uno de los grupos sociales más marginados y discriminados en España. El triste protagonista obligado de la expresión «yo no soy racista pero». Acusado de ser responsable de delincuencia, reduciendo su existencia a alrededor de un 30% de ellos que viven en situaciones de marginación. Y sí, la pobreza puede derivar en delincuencia, así que si quieres marginar a alguien sólo has de empobrecerlo; lo cual tampoco significa en absoluto que la mayoría de esa gente delinca. Y, la verdad, me ha causado menos males la delincuencia de gitanos marginados que de banqueros integrados. Y es a ese porcentaje al que se refiere mucha la gente cuando habla de «los gitanos» porque, claro, a quien no vive así no se le distingue siempre porque por el aspecto no es posible decir si alguien es gitano o no. Entonces ni te planteas si tu profesor es gitano o si tu compañera de aula puede ser gitana. Yo tengo un amigo en Inglaterra que es gitano y no lo supe durante años hasta que me lo dijo.
Víctimas olvidadas del holocausto nazi, siempre ensombrecidas por el victimismo sionista que quiere convertir a los judíos en únicas víctimas de tal barbarie para así justificar su violencia, convirtiéndose ellos mismos en negacionistas de una parte muy significativa del holocausto, que también fue contra homosexuales, gente de otras etnias o ideologías… Y, por desgracia, me veo obligado a apuntar de nuevo que sionista y judío no son sinónimos.
Pero, una vez más, lo que subyace tras esto es la aporofobia, el odio o desprecio al pobre. Porque, igual que a Obama se le aplaude y al negro que llega en patera se le da una patada, con los ricos gitanos que son famosos cantaores o guitarristas la actitud es bien distinta. Siempre se les ve como algo relativamente ajeno pero «con clase», lo cual los hace más respetables.
Alguna gente dice «Pero si los más racistas son ellos!». Se olvida que, aparte de que es común que quien recibe odio acaba odiando, cuando alguien no es racista no lo notas. Lo notas cuando lo es, por eso al gitano que te respeta ni lo cuentas y sólo cuentas las veces que un gitano no te ha respetado. Y de ahí sacas la conclusión de «cómo son los gitanos». Otra vez vemos a las generalizaciones, la ignorancia y el clasismo haciendo estragos y justificando marginación, empobrecimiento, burla y agresiones.
andressolo 