Hoy me entero de que hace poco más de un mes una amiga mía fue asesinada por su marido, del cual se estaba separando. Hizo explotar y arder la casa con gas y gasolina. Habían tenido un hijo que ahora tiene 8 años. Yo no lo conozco. Conocí a l@s dos que ya tenía hace más de 20 años, mucho antes de que estuviese con este tipo que la mató. Pasé muchas tardes en su casa con ell@s. Fuimos muy cercan@s en aquella época. Ahora hacía años que no la veía. Era una tipa encantadora, muy simpática y graciosa, inconformista y con criterio propio. Yo aprendí mucho de ella.
Y le seguiré metiendo el ciberzapato en la boca a toda estúpida que me diga que esta no es mi lucha y que seré feminista si «ellas» me consideran su aliado (o incluso que no puedo ser feminista sino aliado). Aparte de todo lo que padezco una sociedad machista por ser tío, crecí viendo sufrir muchísimo a mi madre, han violado a amigas mías, han asesinado a Sesé, han acosado, despreciado, discriminado, insultado, baboseado y machacado de mil maneras a muchas amigas mías… ¿Y me vienes a decir que esto no es mi lucha? Eso es como decirle a una madre que no se meta donde no la llaman cuando matan a su hijo. Os vais a la mierda. Por Sesé, por mi madre (quien ya reivindicaba hace más de 30 años el papel de los hombres en el feminismo y plantaba cara a toda anti-hombres con la que se topaba), por mis amigas vivas y por todas las mujeres que sufren y que no conozco, esta es mi lucha, claro que sí. Por ellas y por mi padre que fue obligado a hacer el servicio militar, mis colegas que han comido cárcel por negarse a hacerlo, por mis amigos que son discriminados por ser gays, por los que han humillado por ser débiles o inseguros, dejándolos con traumas de por vida… Por ellos, por ellas y por mí soy feminista. Y algo que se podía aprender de Sesé es a no verle entre las piernas a alguien para decidir cómo tratar a esa persona y a no agachar la cabeza ante nadie. Esta es mi lucha, estas son mis amigas, estos son mis amigos, este soy yo, no me callaréis.