Hoy en la tele nos hablan del altruismo del fundador de Facebook, que donará un 99% de su fortuna (45.000 millones de dólares) a obras «benéficas» (a saber cuáles…). Qué gran persona, cómo se vuelca en los demás sin pedir nada a cambio y perdiendo gran parte de lo que ha ganado con el sudor de su frente. Ahora tendrá que apañárselas con algo más de 400 millones de euros. ¡A ver si llega a fin de mes!
También el conocido «filósofo» Peter Singer en una charla sobre lo que llaman «altruismo efectivo» (básicamente, renunciar a luchar por cambios sociales y dedicarse a dar limosnas) nos presentaba a Bill Gates como la persona más altruista del mundo por toda la pasta que ha desembolsado para obras «benéficas». O sea que la gente más altruista es la gente que más pasta tiene, por lo visto. Se la habrán regalado sus empleados por ser tan buenos directivos.
Claro, Antonio no dona un 99% de su «fortuna» a ONGs, porque trabaja en Citroën y donar eso significaría quedarse sin casa por no poder pagar el alquiler y hacer un ayuno indefinido (eso que los antisistema llaman hambre). Entonces, si lo vemos en términos porcentuales, Bill Gates y el Facebocas le superan con mucho en generosidad. Y si lo medimos en términos totales de cuantía de dinero también demuestran ser gente mucho más solidaria que Antonio, que es un puñetero egoísta que sólo piensa en pagar SU alquiler, SU comida y SU calefacción. Egoísta hasta la médula.
A mí tener que escuchar o leer comentarios de gente elogiando a estos multimillonarios me jode sobremanera. Esos tipos tienen tanta pasta que no serán capaces de pulírsela en toda su vida. ¿En qué afecta su donación a su calidad de vida? En nada, excepto en que todo el mundo «se da cuenta» de lo solidarios que son los capitalistas y los felicitarán toda su vida y más allá de esta. ¿En qué modo afecta a Antonio (que tiene un salario de 700 euros) el dar siquiera el 20% de sus ganancias a una rumana que pasa frío y hambre en la calle? Pues depende del caso, pero desde luego que en la mayoría de los casos puede verse en una situación un tanto complicada.
Cuando ayudamos a otros siempre es porque sacamos algo en limpio (aunque sea satisfacción personal o quitarnos sentimiento de culpa de encima), pero esto que nos pintan como lo más del altruismo es clasismo de lo más cínico. Y encima los vasallos pican y aplauden a los señores feudales del siglo XXI.