La lucha obrera es una de las que menos ha avanzado en décadas recientes. Más bien al contrario, ha habido retrocesos importantes. Gran parte de esto es debido al pensamiento individualista en un problema que no se puede solucionar de forma individual. Yo estoy muy a favor de que cada uno vaya a su rollo pero cuando el que no puedas andar a tu rollo es fruto precisamente de no luchar colectivamente es que algo falla en tu plan para «andar a tu rollo». Que te explote tu jefe, que cobres una mierda, que no tengas tiempo para ti, que no puedas tener una vivienda o alimentación apropiadas, que tus condiciones laborales sean precarias, que se te trate como un trapo… eso no es «andar a tu rollo».
Yo siempre he flipado, desde que era niño, con cómo un tirano, ya sea un profe, policía o empresario podía callar la boca o amedrentar a un grupo 30 veces superior en número. Me llamaban abogado del diablo en el cole e instituto, porque defendía a mis compañeros de los atropellos a los que los sometían. Todos estaban cagados de miedo con lo que les podían hacer. Y era precisamente a mí a quien más respetaban los profes. Cuanto más bajas la cabeza más te pisan.
Ver cómo se llevan a alguien detenido entre 5 policías cuando están rodeados de 200 personas es de pena. Ver cómo a alguien le imponen una multa de miles de euros por soltar un discurso revolucionario y que la tiene que afrontar esa persona sola es de pena. Ver cómo un jefe vapulea, insulta o despide de forma improcedente a un currela y que el resto se limite a quejarse entre susurros es de pena. El jefe es quien nos necesita, no nosotros al jefe. Si uno se levanta y planta cara se lo comen. Pero si lo hacemos toda una plantilla la cosa cambia.
Supongo que el tema de internet es un freno también. Porque por una parte se accede a información más fácilmente, pero también a desinformación y a lavado de cerebro. Y se crea una cultura del individualismo «malo» (el «mira pa tu ombligo»). Y olvidamos que no es lo mismo leer a alguien diciendo «vamos peñaaaa!!» en un post que escuchar a alguien en persona, o a decenas o cientos, gritando «vamos peñaaa!!». Porque la comunicación es más que palabras, porque lo que te anima el ver y sentir a miles de personas contigo en la misma lucha no es lo mismo que verte solo en casa y saber en tu imaginación que hay más gente que opina como tú.
En cualquier caso, esto no tiene pinta de mejorar. Se han asegurado de aplastarnos hasta el punto en que todavía tenemos algo que perder. Esa es la estratega del capitalista. En países donde machacan tanto que la gente no tiene ni para comer tampoco temen revueltas porque esa gente no tiene ni medios para entender la causa de fondo de su situación. Pero en los países «desarrollados» simplemente tienen que asegurarse de que tengas miedo a perder lo poco que tienes. Y es que a ver quién no tiene miedo cuando ves que si te pones en pie estás tú solo rodeado de tarugos que te ven como un flipado o un héroe.