Muchos humanos se creen capaces de discernir el «bien» del «mal», exculpando así al resto de animales, a quienes consideran inocentes por no ser capaces de evaluar sus actos en estos términos. Pero es que esos términos no existen de por sí, no es que estén flotando en el universo y que algunos humanos sean capaces de alcanzarlos, consiguiendo así algo que otros animales no tienen a su alcance. El bien y el mal son construcciones humanas. Y no veo sentido en defender a un perro que ataca a otro pero acusar a un humano que hace lo mismo. Las circunstancias que han vivido cada uno de ellos, unido a su genoma, les ha llevado a actuar así. Y no veo qué sentido tiene juzgar a alguien por haber vivido ciertas experiencias o por tener determinado genoma.
Para querer ayudar a l@s demás no necesitas recurrir a conceptos de deber, bien, mal ni culpa. Así como vemos a no-humanos que se ayudan entre sí sin elaborar tratados éticos sobre el bien y el mal, también hay humanos que ayudan a las demás sin necesitar autoelogiarse y galardonarse por hacer el bien y no el mal. Y, curiosamente, quienes manejan esos conceptos parecen pensar que siempre coinciden con sus propios criterios éticos. Qué casualidad que justo tú seas Jesucristo, oye.
Un humano es un organismo, como un ratón, un tardígrado, un roble o una bacteria. No es un ser superior ni inferior, por mucho que nos gusten o disgusten cosas que hace. No es inocente ni culpable. Es. Igual que todo lo que hay. ¿Juzgamos a la Luna, al alga o al pez? Pues juzgar a los humanos es sólo una muestra de que les otorgamos unas capacidades «sobrenaturales» a ellos, creyendo que sólo ellos son quienes tienen poder de decisión y legitimidad para juzgar. Caray… ¿no suena un poco prepotente y antropocéntrico eso? ¿Y no parece un poco absurdo juzgar a quien, como el resto, no decide qué genoma tener ni cómo este va a interactuar con su entorno dando pie a ciertos comportamientos o actos?
