Cientos de mujeres violadas y asesinadas cada día. Por ser mujeres, no por ser personas. Por eso es violencia de género y no simple violencia. Y esa violencia no sale de la nada.
Cada vez que regalas una muñequita delicada, delgadita y coqueta a tu hijå mientras le regalas muñecos musculosos y violentos estás alimentando roles de género que derivan en que las mujeres sean sumisas y los hombres violentos, y que eso se normalice hasta el punto en que las propias mujeres se sienten bien al ser dependientes, delicadas y sumisas ante su fortachón que las protege… hasta que un día ella deja de cumplir con sus expectativas y él la revienta a hostias.
Cada vez que un chaval ve porno misógino (que el 90% lo es) está normalizando la violencia contra las mujeres y aprendiendo a disfrutar sometiéndolas, golpeándolas y atragantándolas con su polla. Luego nos sorprende que haya tantas violaciones y tanta brutalidad. Pero sigamos permitiendo ese contenido en pos de la «libertad de expresión».
La violencia física, violaciones y feminicidios no son fruto de casos individuales de tipos misóginos y violentos. Es que vivimos es una sociedad que alimenta la misoginia y el machismo. El promover estas cosas no debe ser algo amparado por la «libertad» de las empresas, el cine, las letras en la música…
Algunas cosas deberían ser directamente censuradas (igual que se censura la pornografía infantil), pero en la mayoría de los casos simplemente no deberían poder comercializarse sin ir unidas a una advertencia de «contenido machista» con una clara explicación de los motivos por los que ese material es etiquetado como tal. Así se podría convertir esa clase de contenido en una ocasión para fomentar el feminismo.
