Uno de los grupos más repudiados y discriminados socialmente son los drogadictos, o, más bien, los heroinómanos. Porque puedes ser adicto al café, al tabaco, a las benzodiazepinas, etc. y nadie te margina por ello. Se dice de los heroinómanos que son mentirosos, ladrones, que no son de fiar… incluso que son escoria, que ojalá se mueran, o se usa como insulto “yonki de mierda” sin que esto cause mucho revuelo sino más bien consiga complicidad y apoyo a esos comportamientos despectivos.
En la mayoría de los casos una persona que acaba siendo adicta a la heroína es debido a una situación vital muy crítica, ya sea a nivel anímico, emocional, económico, social, familiar… La heroína te aporta bienestar inmediato y una sensación de paz que te aleja de tus preocupaciones, miedos, obsesiones, angustias, tristeza y demás. Es comprensible que alguien en una situación extrema recurra a eso y que cuando se le pase el efecto y otro día que esté fatal la vuelva a consumir.
Hay gente que tiene la mala suerte de tener una tendencia mucho mayor a las adicciones que yo (la mía es casi nula, llevo 20 años consumiendo drogas de muchos tipos y nunca he sido adicto a nada), ya sea por cuestiones genéticas, que tienen mucho que ver, o por cómo le han condicionado sus vivencias. Y eso a veces hace que consuma heroína de forma más frecuente y al cabo de unas semanas se ve con un enganchón tremendo. Cabe apuntar que eso de que la heroína te engancha en seguida es un mito. Lo que pasa es que una vez eres adicto es difícil dejarla para siempre. El dejarla temporalmente no suele ser muy complicado para la mayoría de las personas. Se trata de pasarte una semana con ansiedad, sudores, síntomas tipo gripe severa… y no lo pasas bien, pero normalmente no es tan terrible como lo pintan en las películas (y puede ser aliviado si consumes ansiolíticos y duermes mucho). Lo que es difícil es no recaer. Porque cuando en algún momento de tu vida vuelvas a estar fatal tu mente te llevará a aquello que te solucionaba los problemas en un par de caladas a una plata, o un chute. También debe ser puntualizado que la idea de que los yonkis siempre se chutan es falsa. Conozco varios que llevan décadas fumando platas y no se han chutado nunca. Al fumar heroína eliminas el riesgo de sobredosis porque te quedas dormido antes, y tampoco es tan nocivo fumarse algo que tiene un 30% de heroína y el resto de no sabes qué, que chutarte eso. Muchas muertes achacadas a sobredosis se deben a intoxicaciones.
Una persona que vive una situación previa tan trágica que le lleva a ser heroinómana y luego encima otra tan trágica como es la adicción a una sustancia ilegal, lo cual hace que sea cara, esté cortada y conlleve marginación, no merece desprecio y discriminación sino empatía y solidaridad, creo yo. Nadie es culpable de ser pobre (no olvidemos que la heroína arrasa sobre todo en zonas pobres) o de tener otro tipo de problemas personales o sociales graves. Y nadie es culpable de ser débil o tener una tendencia mayor a las adicciones.
Hay algunos yonkis que roban o engañan con el objetivo de conseguir dinero para poder pagarse esa sustancia que no sería cara si no fuese ilegal. Y muchos se ven obligados a hacerlo porque la discriminación que padecen hace que no los acepten en trabajos. Entonces la gente se queja de que le roben algunos yonkis, pero tampoco les dan alternativa para poder hacer otra cosa. Encima el recibir desprecio de semejante calibre por parte de gente de todo tipo e ideologías hace que pierdas el respeto por quienes te tratan así. Nos pasaría a todos, creo yo.
Pero hay yonkis que consiguen trabajos y no roban ni engañan a nadie. En sitos como Inglaterra, en los que sufren menos discriminación que aquí y se les permite trabajar, es mucho menos común que un heroinómano mienta o robe para conseguir dinero. A lo largo de mi vida he tenido unos cuantos amigos heroinómanos. Ahora mismo uno de mis mejores amigos lo es, y varios otros también. Jamás ninguno me ha intentado engañar o robar. Este amigo más cercano de hecho no sólo trabaja muchísimo sino que es alguien muy generoso y al que le cuesta aceptar regalos o ayuda. Tuvo mi tarjeta de banco durante años, pudiendo haberme robado miles de euros, algo que jamás ha hecho. Y siempre que hemos hecho cuentas lo ha hecho de forma que yo saliese ganando. Una de las personas más honradas que he conocido. Jamás he temido dejar un fajo de billetes en la mesa de la habitación que compartíamos.
Quien es repudiable es la gente que discrimina a alguien por ser yonki. En vez de buscar modos de evitar que vivan en semejantes situaciones de pobreza como suele ocurrir en España (donde los vemos demacrados a menudo por no tener dinero suficiente y gastárselo todo en heroína, descuidando cosas básicas como la alimentación o higiene) por medio de exigir la legalización de la heroína o al menos la creación de programas reales de ayuda a estas personas y su integración, de campañas promoviendo el respeto hacia ellas, etc. lo que se hace es despreciarlas y machacarlas, estigmatizarlas, generalizar sobre ellas… y encima todo esto basado en una profunda ignorancia sobre esta droga o las causas de haber acabado en esa situación.