El COVID19, el engaño y mis errores

Cuando comenzó esto de la pandemia recuerdo que preferí no pronunciarme mucho y que dije que ya hablaría en unos dos años, cuando viese las cosas con perspectiva y mayor claridad. Pero soy demasiado bocazas y tengo la manía de expresarme. Y a veces es mejor callar.

Ahora miro atrás y creo que cometí varios errores al valorar ciertas cosas. Legitimé el confinamiento porque decía que era entendible que al no saber bien a qué clase de virus nos enfrentábamos y que, mientras no se viese eso más claro, era normal tomar medidas excepcionales como esa.

No hay ningún virus que se contagie sólo por ir por la calle y que luego pase otra persona por ahí a los pocos segundos. Lo de la mascarilla por la calle siempre me pareció una locura por eso mismo. Pero entonces el confinamiento tampoco tenía sentido. ¿Acaso es tan difícil probar en experimentos si se puede contagiar alguien con el COVID pasando por donde un infectado acaba de pasar? Quizás es que no hace falta ni hacer un experimento.

También pensaba que todo esto no podía ser un montaje porque ponía la economía patas arriba. Pero… ¿fue así? Sí, la de los pequeños negocios sí, aunque la de grandes hoteles también. Mandó el turismo al carajo. Al estado no le vino nada bien. ¿Pero a quién le importa el estado, los pequeños negocios o unos hoteles de mierda? A los oligarcas no, desde luego. Y en un año se enriquecieron a lo bestia mientras el resto se empobreció estrepitosamente.

Amazon se convirtió casi en nuestra panadería. Subió como la espuma, al mismo ritmo que sus pequeños competidores se hundían y desaparecían. Su director se fue a dar un paseo espacial en plan vacile, para ilustrar metafóricamente lo que estaba ocurriendo. Y, ya sin metáforas ni nada, se pudo permitir vacilar más aun dándole las gracias a los trabajadores y clientes de Amazon por pagar su viajecito. Así, sin cortarse un pelo. Y la gente le aplaude, es un hombre «exitoso». Desde luego, si te puedes permitir hacer eso sin que te apedreen es que has tenido éxito en tu maniobra.

Hace unos meses subí un vídeo sobre la pandemia, el control social que se produjo a raíz de ella y el meganegocio que fue esto para las farmacéuticas. Youtube no tardó en censurarlo y amenazarme. El otro día lo subí en otro canal sin mencionar «COVID» en el título, tags o descripción. Sólo hablaba de «pandemia». No duró ni unas horas (tienen robots que detectan palabras o frases en el vídeo y lo censuran automáticamente). Esos robots aseguran que lo que decía iba en contra del criterio de las autoridades sanitarias. Decía que no se podía afirmar que las vacunas fuesen seguras cuando tenían 3 meses de existencia solamente. Blasfemia! Eso sí, blasfemia a pesar de quedar demostrado que era cierto lo que yo decía.

Ahora miro el negocio de las farmacéuticas y otras multinacionales, el control a través de miedos infundados, la represión legitimada con esos miedos también, el cómo la crisis que esto causó la pagó, como siempre, el pobre… Y ya no veo igual ciertas cosas. Claras nunca las vi, pero ahora un poco menos enturbiadas que antes, me parece.

Acerca de andressolo

Procuro vivir sin causar daño al resto y sin morderme la lengua respecto a nada. Aquí tengo algunos de mis artículos.
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