Cuando estás tan podrido de pasta como Bill Gates te puedes permitir lavar tu imagen de capitalista explotador (incluso denunciado por ONGs por esclavizar a niños) haciendo donaciones (que te ayudan a desgravar y pagar menos impuestos, a veces incluso siendo fundaciones que tú mismo has creado, con lo cual el negocio es redondo) y proyectos que te hacen parecer una persona mejor que Manolo, que curra a lo bestia por unos cientos de euros y no puede dedicarse a hacer donaciones. Es fácil ser «generoso» cuando tu calidad de vida no depende ni un ápice de serlo. Donar 100 millones de dólares para este tipo es como para mí donar 5 céntimos. Que se admire por su generosidad a un tipo que tiene mansiones, ranchos, hipódromos, aviones, coches, etc. valorados en miles de millones de euros la verdad es que da tanto asco como pena. Porque es de pena que os puedan colar algo así. Que te alegres por que lleguen vacunas a quien las necesita es una cosa y otra bien distinta es que pintes a la industria farmacéutica como gente maravillosa que trabaja por el bien de la humanidad y a Bill Gates como un bondadoso superhéroe que terminará con la pobreza a base de limosnas. Si fuera tan solidario, en lugar de comprarse una nueva mansión de 120 millones de dólares donaría ese dinero a quienes lo necesitan, que no veas la cantidad de cosas que se puede hacer con ese pastizal.
Eso de aplaudir a los ricos por su «altruismo y generosidad» es de lo más clasista, paleto y extendido que hay en esta sociedad, en la que hasta los pobres idealizan y adoran al millonario explotador y su bondad. Es el colmo del síndrome de Estocolmo. Lo mismo que ocurre con Amancio Ortega cuando hace donaciones.
Respecto a sus programas de vacunación y similares, un gran negocio pactado con las farmacéuticas. Que algo beneficie a mucha gente no significa que no sea un negocio muy lucrativo. La gente pobre en África no va a comprar vacunas ni antibióticos ni muchos otros medicamentos porque no puede pagarlos. A las farmacéuticas no les interesa regalarlos. Pero sí les interesa que una fundación de Bill Gates les compre cantidades ingentes de eso para mandar a África y así convertir a esos pobres en clientes. No extraña que gran parte de los trabajadores de la Fundación Gates hayan trabajado antes en farmacéuticas. Ni extraña que recientemente Gates haya pedido que se destine dinero público a apoyar a multinacionales farmacéuticas con la excusa de combatir el COVID-19 (porque las pobres farmacéuticas necesitan nuestra ayuda).
¿Por qué financia cosas que dan riqueza a fabricantes pero no financia movimientos sociales por la autogestión o contra el capitalismo, por ejemplo, cuando esa es precisamente la causa de que millones de personas vivan en la miseria? Porque es el capitalismo lo que le ha permitido ser multimillonario y encima quedar como Dios. La Fundación Gates es propietaria de medio millón de acciones de Monsanto. ¿Os suena eso del negocio de la venta de semillas transgénicas llenas de promesas que lo que hacen es empobrecer más al agricultor africano por tener que comprar otras nuevas cada año a la multinacional?
Las limosnas lavan conciencias y engañan a idiotas, no solucionan problemas. Y menos aun cuando el dinero de las limosnas lo sacas de explotar a quienes dices ayudar.
andressolo 