Creo que el ecologismo no es un fin sino un medio. Se puede ser ecologista por muchas razones y según por qué lo seas aplicarás unas medidas u otras. Hay quien dice proteger el medio ambiente por el bien de la humanidad, otros por el bien de los animales, otros por el bien de la biodiversidad, otros por no ver el mundo hecho un asco… Por lo tanto lo que hagan unos y otros va a ser muy distinto. Unos verán importante cepillarse a los humanos, otros cepillarse a prácticas o seres que perjudiquen a los humanos, otros regular y controlar las actividades humanas…
En cualquier caso, eso de «defender el medio ambiente» es un poco absurdo a mis ojos. El medio ambiente no es algo estático ni definible más allá de ser lo que rodea a un ser vivo. En la Tierra hay muchos «medio ambientes» diferentes. Si hay un desierto en el Sahara por qué no es medio ambiente si lo hay en Madrid? En sitios donde ahora hay desierto antes no lo había, simplemente porque el desierto se expande o se mueve (lo mismo con zonas heladas, de bosques o lo que sea). Tenemos que coger toda esa arena y devolverla al desierto según sus antiguas fronteras? Y antiguas… cuan antiguas? Ha habido muchos momentos en la historia de la vida en la Tierra en la que ha habido temperaturas muy diversas, estados atmosféricos que harían la vida animal imposible a día de hoy, con números y tipos de habitantes muy dispares… El medio ambiente no era igual ayer que hoy ni hace 2.000 millones de años, ni en Galicia que en Extremadura.
Defender a los humanos y sus actividades hoy en día puede ser beneficioso para los animales si eso implica que hay menos animales en el mundo, ya que menos sufrirán. Puede que sea al revés porque más tiempo permanecerán en la Tierra y más animales explotarán. Dependiendo del análisis que hagamos de las consecuencias de nuestras acciones y de cuales sean nuestros fines, estaremos siendo ecologistas haciendo una cosa u otra… o de ninguna manera, ya que definir qué es ecologismo cuando lo que defendemos es tan variable es casi equiparable a no decir nada. Y de hecho esto se observa en la imposibilidad de consenso mínimo entre ecologistas, que buscan fines a veces diametralmente opuestos.